Este momento de lucidez que no debería ocurrir interrumpe tu descanso y te dificulta alcanzar la fase del sueño profundo. Es algo que, como puedes imaginar, tiene serias consecuencias en tu organismo: el sueño interrumpido produce cansancio diurno, y a partir de ahí, desajustes en la química cerebral, irritabilidad, bajada de rendimiento, falta de atención…
En los casos más extremos de apenas severas sin tratar, a los primeros problemas físicos y sociales se le pueden sumar otras enfermedades: reflujo gástrico, hipertensión sistémica, diabetes de tipo II, depresión, o incluso aumento del riesgo de infarto.
La apnea del sueño no es una patología que debas tomar a la ligera. Dándole el tratamiento adecuado, no solamente consigues mejorar tu descanso nocturno, sino que también mantienes a raya otros problemas de salud derivados. Si crees que sufres de apnea del sueño, es hora de visitar a tu dentista en Cáceres.