En estas ocasiones, el curetaje dental y el raspado y alisado radicular pueden ser insuficientes para evitar el avance de la enfermedad periodontal y la destrucción de los tejidos. Por ello, la cirugía periodontal está indicada en aquellos casos en los que el paciente presenta bolsas periodontales profundas, superiores a 6 milímetros. Gracias a esta intervención, el dentista puede alcanzar zonas de difícil acceso, a las que el curetaje no puede llegar.
La cirugía consiste en separar y levantar el colgajo, es decir, la mucosa que rodea el hueso de la pieza dental, de manera que, teniendo acceso directo a la bolsa periodontal, se pueda realizar una limpieza exhaustiva del sarro acumulado. Posteriormente, se dan puntos de sutura. No obstante, si el paciente presenta pérdida ósea, en ocasiones, es necesario llevar a cabo un pequeño injerto de hueso antes de suturar la incisión.