La limpieza dental profesional, también conocida como profilaxis, permite eliminar la placa bacteriana y el sarro de la superficie de las piezas dentales. Por el contrario, el curetaje dental es un tratamiento de Periodoncia con el que se elimina la placa y el sarro subgingival, esto es, de las zonas de debajo de las encías. De esta manera, gracias a este último, se consigue evitar el avance de la periodontitis y el deterioro del hueso de soporte de los dientes.

Durante los días posteriores al curetaje, el paciente puede sentir cierta sensibilidad, así como inflamación en la zona donde se ha llevado a cabo. Estas molestias, sin embargo, desaparecerán progresivamente. Es necesario, en todo caso, seguir las recomendaciones del experto en Periodoncia y evitar la ingesta de medicamentos que no hayan sido prescritos.

La periodontitis es una infección que, a partir de cierto punto, puede convertirse en crónica, y, por lo tanto, es probable tener que realizar otro curetaje. Los tiempos, no obstante, están determinados por el caso concreto de cada paciente. Por lo general, después de tres o cuatro meses, el dentista llevará a cabo una primera revisión, en la que determinará qué pasos seguir. Es fundamental, en todo caso, acudir a todas las citas pautadas por el experto.

Después de llevar a cabo un curetaje, es importante que el paciente mantenga una higiene bucodental diaria exhaustiva, cepillado los dientes con un cepillo de filamentos suaves. Además, es fundamental seguir una rutina diaria de limpieza interdental mediante hilo dental y/o cepillos interproximales. De la misma manera, se recomienda que, si el paciente es fumador, abandone el hábito tabáquico.